La Nube 5 en Rosario

Patio de la Madera, Argentina, 1990.




“La nube 5 me secuestró del mundo, conocí algo que es indescriptible, no creo que logre contar y trasmitir lo que se siente tal como fue realmente. Tuve sensaciones no solo visuales, lo experimenté en todo mi cuerpo. No puede definirse el espacio que se recorre, es realmente una aventura para la imaginación. ¡Parece magia pero es real!”
“Es como desmaterializarse, como romper con el principio de que dos cuerpos no pueden ocupar el mismo lugar en el espacio.”

“.. mi mente se abría cada vez más hasta lograr un estado de éxtasis y una sensación de paz y placer. Esta obra activa nuestra imaginación más allá de nuestros cinco sentidos comunes.”


"Creí que caminaba por el aire. Nada importaba, sólo había paz. Fue como explorar otro planeta, un mundo totalmente diferente donde mi cuerpo no era material. Me sentí fundamentalmente libre"

“Es un despliegue de creatividad, un alarde de ingenio. Me hubiera gustado que se me ocurriera a mi.”